En los 70 y 80, los jugadores profesionales de póker tenían ventaja en la competencia porque sabían y entendían las probabilidades entorno a sus 52 amigas de la baraja de cartas.
Hoy en día, gracias a la aparición de material de entrenamiento, como calculadoras de probabilidades de poker y cientos de libros sobre poker, los jugadores pueden absorber conocimiento sobre poker de una forma exponencialmente más rápida que los pioneros del juego.
Esto se evidencia incluso en el poker televisado, que ha existido por décadas. Pero todo explotó en el 2003 cuando un contador de Tennessee llamado Chris Moneymaker pasó de un torneo satélite de $39 a $2,5 millones al ganar las World Series of Poker en Las Vegas.
El “Boom” posterior vio al mundo entero pillarse la fiebre del poker y no podías cambiar de canal sin encontrarte con un torneo de poker o un juego de celebridades. En casi todas las transmisiones puedes haber notado un porcentaje a un costado de las 2 cartas boca abajo de un jugador. Este número indica las posibilidades que tiene ese jugador de ganar la mano.
Parece algo demasiado simple, pero ayuda a los espectadores a aprender las probabilidades asociadas a un juego complejo. En los años siguientes, las estadísticas de poker se expandieron enormemente hasta incluir los porcentajes VPIP (porcentaje promedio de veces que un jugador voluntariamente pone fichas en el pozo), PFR (qué tan seguido un jugador sube la apuesta antes del flop) y WTSD (cuán seguido un jugador está dispuesto a mostrar las cartas después de ver el flop).
Al volverse parte de la experiencia de ver poker, las estadísticas y probabilidades cambiaron la manera de jugar el juego.
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