Historias de terremoto

Casino Enjoy de Puerto Varas, sábado 27 de febrero. Es de madrugada, pasado las 3 AM. Se había desarrollado un torneo de Poker y estaban en la ceremonia de premiación. “Alexander Cabrera había ganado. Primera vez. Y de repente empieza a moverse todo y empezamos a molestar al Alex que la culpa era de él por haber ganado”, se ríe PALOMO-CHILE. Ese día salió séptimo y se encontraba observando la ceremonia. “Imagínate, como era fin de semana y de noche, hubo algunos tragos, pero cuando llegó el terremoto quedamos todos serios. A mi lado estaba un amigo, pero cuando volteé a verlo no le vi ni los pies, parecía Speedy González”, agrega. En la Décima Región fue más el susto y afortunadamente no hubo grandes damnificados.

Otros la sufrieron más. En Concepción hubo saqueos tras el desastre y tuvieron que organizarse. Algunos jugadores, como Tambuz en la foto, cambiaron las cartas por las armas: “Nos organizamos con los vecinos, ya que al vivir cerca de un supermercado éramos foco de delincuencia. Algunos se paseaban todo el día en sus bicicletas. Y bueno, en las noches si pasaba algo extraño empezaban a sonar bocinas y la idea era ir todos para allá y defendernos”, explica. “Creían que lo del toque de queda era chiste y se paseaban como si nada. La gente no aguantó más y reaccionó”, finaliza.

Quien también vivió algo similar es socito. En Tomé velaba en las noches junto a sus vecinos. Fue Jefe de Guardia entre las 4:00 y 7:00 AM. Recién se está acostumbrando a la vida cotidiana. “Era extraño. La plata no importaba porque estaba todo cerrado. Sin agua ni luz. Todo diferente”, reflexiona. “Al principio ni ganas tenía de jugar poker. Las ganas fueron volviendo de poco”.

El que la sufre más es Tambuz. “La luz volvió hace un par de semanas y han habido varios cortes. Agua muy poca. Internet volvió con la luz, pero es imposible jugar torneos largos. No vale la pena”, señala.

En la Quinta Región, en tanto, la cosa fue más suave. CrAcKeRoX estaba jugando poker al momento del terremoto y al principio no le tomó importancia. No valía la pena moverse, si eran varios Sit Go, pero cuando se hizo más fuerte, debió levantarse y apoyarse en el marco de la puerta. “Y me puse a mirar por la ventana. Yo vivo en el tercer piso y vi cientos de destellos en los cerros. Eran los transformadores que estaban explotando. Fue impresionante ver a Valparaíso apagándose de a poco”, relata. “Aún la tengo en mi mente”.

R-J-R-V es de Valdivia. Estaba en la casa de unos amigos jugando poker, a tres cuadras de su hogar. “Salí corriendo, porque doy pensión y tenía unos pasajeros”, recuerda. “Como a las 5 AM supimos que el epicentro fue en Concepción y quedó la embarrá con mis pensionistas: eran de allá. Afortunadamente, pudieron contactarse al rato y se tranquilizaron”.