El comienzo fue tibio. Las ciegas eran pequeñas y todos los jugadores jugaban de forma conservadora. Se estudiaban. Pasó mucho para que apareciera el primer jugador eliminado. ¿Su nombre? Gastón Catzman. 13 letras que se transformarían en nuestra peor de las suertes.
Pero entonces no lo sabíamos y variábamos entre buenas y malas noticias. Por una parte, Capdevila jugaba increíble y destrozaba a los rivales de su mesa. Lo negativo fue que Carlos Zúñiga y Sebastián Fernández cayeron con pésima suerte. Zúñiga jugó A-Q contra par de 9 y no consiguió ligar, mientras que Fernández tuvo el mismo par de 9 en mano y se enfrentó contra un A-J… esta vez sí cayó el As y dos chilenos eliminados. Una lástima.
Ambos jugadores quedaron destrozados. Ver la cara de Zúñiga era desconcertante. Estaba quebrado. “Lo peor es que mis dos cartas eran de picas y en el flop cayeron dos picas más. ¡Tenía muchos outs! Pero no cayó ninguno. Me siento muy culpable por perjudicar a mi equipo”, aseguró el jugador apodado Camzu.
Por lo menos Capdevila seguía arrasando, pues mientras el resto de las mesas contaba con a lo más dos eliminados, en la suya quedaban tres jugadores. Su torre de fichas era enorme y estaba muy confiado. “En el poker la suerte no existe. Todo es estrategia”, aseguraba. Y, hasta el momento, lo estaba demostrando.
Capdevila consigue el primer puesto, pero Francisco Vera cae séptimo en la mesa más apretada del torneo. A pesar de todo, Chile está en la punta y aun faltan Zeman y Martínez, que pelean con todo el liderazgo de sus mesas. Pero ambos terminan terceros y finalmente quedamos en el cuarto lugar. ¿Nuestro rival? Argentina.
La estrategia nacional fue que Carlos Martínez enfrentara a Leo Fernández, jugador profesional PokerStars y capitán de Argentina. Así, Zeman y Capdevila debían jugar ante dos rivales en teoría más débiles. El rival de Capdevila se llamaba Gastón Catzman, el primer eliminado del torneo, mientra que el contrincante de Zeman, Mariano Boglioti.
Al principio todo comenzó bien. Los rivales se estudiaban y jugaban pequeñas apuestas. Poco a poco Capdevila y Martínez sumaban fichas y aventajaban a sus contrincantes. Zeman, por su parte, tenía una pequeña desventaja. Pero en resumen, todo marchaba bien.
Pero sucedió lo impensado. Capdevila no soportó la presión en la mano más importante hasta entonces y debió foldear tras el turn. Con esto, quedó en demasiada desventaja y fue imposible recuperarse. Zeman seguía cayendo e, impensadamente, Martínez se transformaba en nuestra principal carta de triunfo.
Capdevila insinuó una remontada pero cayó inapelablemente en la mano siguiente a un bluf que efectuó con 10-3, mano que mostró a su rival. Luego le sale A-Q y, tras varias subidas pre y post flop, decide ir all in sin nada ligado. Catzman tenía par alto y chau. Más encima logra full.
La derrota de su compañero caló en Martínez, pues al poco rato perdió su ventaja , con una mano similar a la que perdió Capdevila, y quedó con un stack muy pequeño. Buscaba color y sólo igualó las grandes apuestas de Fernández. Tras el river no logró nada y paso. Leo Fernández se va all in y foldea. Frente a eso nada que hacer y perdió al poco rato. Con la derrota asegurada, el mano a mano de Zeman se terminó sin ganador.
No sé ustedes, pero a mí, personalmente, lo que más me molesta es que jamás sabré qué juego tenían los argentinos en las dos manos más importantes del día.
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