¿Poker Geopolítico?

A comienzos de año, mucho se hablaba del enorme crecimiento de Macao, que a esas alturas ya era el equivalente a cinco veces Las Vegas. La antigua colonia portuguesa hoy forma parte de China, aunque mantiene un régimen fiscal y administrativo especial que ha permitido que la industria del juego florezca.

En Macao ya se ha librado una guerra entre las grandes compañías y parece que todo apunta a que el próximo terreno de juego en el que va a disputarse el partido va a ser Toronto.

Según informa Poker-Red, un reciente estudio del Instituto Internacional de Juego de Las Vegas concluye que un macrocomplejo de resorts estilo Las Vegas, es decir, con casinos, hoteles y demás espacios de ocio, estimularía de forma muy positiva la economía de Toronto.

Los movimientos de las grandes compañías como Caesars Entertainment Corporation -propietaria de las WSOP- empiezan a situarse en Canadá, con la compañía estrella de Las Vegas creando una nueva base de operaciones en Montreal desde la que alargar sus tentáculos a territorio canadiense.

La empresa de contabilidad Ernst and Young, una de las más importantes de Estados Unidos, afirma que Toronto podría tener una proyección de beneficio de unos 200 millones de dólares en carácter de impuestos, mientras que la propia administración de Loterías de Ontario estimaba en más de 1.000 millones de dólares anuales los potenciales beneficios de construir un solo casino-hotel en la ciudad.

En el estudio, los analistas de Ernst and Young no se reprimen en reseñar las bondades de Toronto.

Llegamos a la conclusión de que varias características de Toronto la hacen un destino atractivo para high rollers internacionales, incluyendo la ausencia de impuestos para los jugadores, el número de conexiones y vuelos directos desde países asiáticos y las conexiones demográficas y familiares con Asia.

Pero, del dicho al hecho hay un trecho, y serán en última instancia los ciudadanos canadienses los que decidan si quieren este complejo en la ciudad o no. Siguiendo el modelo de Singapur, que tuvo como protagonista al debate ciudadano sobre si establecer un macrocomplejo en la zona o no, la aprobación de estos proyectos estará supeditada a un referéndum popular que, a priori, se antoja encarnizado.