La crisis económica ha perjudicado a diferentes tipos de empresa de todo el mundo y los casinos de Estados Unidos no han quedado inmunes a este problema.
Por primera vez después de 30 años, y producto de la crisis complementada con el desarrollo de la competencia de juegos online, la inmensa industria de apuestas registró una pérdida considerable en su nivel de negocio.
Una baja de 8,5% – 412 millones de dólares- entre el año 2008 y 2009 fue lo que demostró el estudio realizado por gabinete de consultores fiscales Rockfeller Institute. También otra conclusión relevante del estudio fue la regresión desde hace cinco años en las rentas fiscales que generan el negocio de los casinos norteamericanos.
De los 12 estados estadounidenses que permiten practicar este tipo de juegos en casinos, sólo en Missouri y Pensilvania se obtuvieron cifras positivas y alentadoras, sin embargo se deben a la apertura de un nuevo casino en San Luis.
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