Ni hacer magia, ni ser reina de belleza… Una de las chipleaders del Main Event es justo lo opuesto al corsé que pretende imponer un régimen teocrático a sus ciudadanos.
El European Poker Tour ha sido siempre un circuito especialmente afortunado para el poker femenino.
La reducida presencia de jugadoras en los casinos que ha lastrado a otros circuitos no ha evitado la presencia de varias mujeres en el palmarés de los festivales de Pokerstars. Sirva el lapidario dato de que el único campeón de dos eventos principales en la historia del EPT es una mujer, la británica Vicky Coren-Mitchell.
Ahora bien, aunque la lista de campeonas sea florida, que lo es desde la adición de Liv Boeree y Sandra Naujoks, sigue haciéndose muy cuesta arriba al principio de los torneos confiar en que acabe llegando una cuarta mujer al trono del EPT.
En Montecarlo, a punto de comenzar el día 4, las probabilidades se han disparado gracias a la presencia de varias jugadoras entre los 30 últimos supervivientes del torneo.
Tenemos a la rusa Alina Sigmatova y a la noruega Evy Kvilhaug compartiendo mesa, aunque sus stacks las obliguen a ganar unos cuantos botes hasta poder ser consideradas como serias candidatas a la victoria. Sin lugar a dudas, la mejor posibilidad de un nuevo triunfo femenino en el EPT es Melika Razavi, poseedora de uno de los tres únicos stacks que contienen más de 100bb a estas alturas de torneo.
En realidad, el género no ha sido el mayor impedimento que se ha encontrado Melika a la hora de encaminar sus pasos hacia una carrera en el poker.
Esta jugadora nació en Irán, un país en el que el juego está completamente prohibido. Va más allá de un problema legal o ético. Recientemente, hace menos de una semana, hemos leído que las quejas de los clérigos que dictan la moralidad por la que se rigen las leyes en la república islámica han conseguido que se retiren de la televisión pública los concursos con premios en metálico, del estilo de “¿Quién quiere ser millonario?”. Hasta ese punto llega la persecución de cualquier actividad que roce la categoría de “gambling”.
Imagina las circunstancias que se tienen que haber dado para que Razavi pueda aspirar a ganar en Montecarlo.
“Viniendo de esa cultura y con ese bagaje, es realmente un gran paso para mí poder representar a las mujeres iraníes en el poker, pero también en la magia y en los concursos de belleza. También doy charlas motivacionales.
Es muy inusual que una iraní anime a sus hijos a perseguir una carrera en el juego -aunque yo no considere el poker como juego de azar-, pero mi madre siempre ha sido uno de mis mayores apoyos“.
El especial carácter de su progenitora permitió que los amigos que la visitaban en casa enseñaran a jugar al poker a la pequeña Malika. Su juguete favorito era la baraja de cartas, que le proporcionaba la herramienta principal para sus dos entretenimientos favoritos, la magia y el poker.
No abandonó Irán de la mano de su madre hasta los 15 años. La mudanza a Sudáfrica le dio la oportunidad de desarrollar libremente sus hobbys y convertirlos en su forma de vida. Con 16 años ya jugaba partidas informales de poker en su nueva residencia, y con 23 empezó a viajar para jugar cash como forma de sustento.
La atención que está generando su actuación en el Casino de Montecarlo no le resulta estresante, le está dando más alas aún si cabe.
“No dejo que nada me afecte. Solo intento jugar lo mejor que puedo y el resto es varianza. No compito contra nadie, solo me gusta hacer cualquier cosa que me propongo lo mejor posible.
Me está cambiando la vida. Me encanta viajar y jugar al poker, especialmente en un gran circuito en vivo. Es lo que hago. Viajo, juego, vuelvo a casa y sigo jugando online. Simplemente no paro de jugar al poker“.
Lamentablemente, los prejuicios y la cortedad de miras de algunos políticos le pueden poner nuevas barreras. A pesar de que Razavi ya tiene ganada una entrada para el Ladies Event de las WSOP, su condición de ciudadana iraní es posible que le impida obtener un visado para viajar al país, tal y como están las cosas en Estados Unidos.
Pero bueno, si no es en Las Vegas, será en otro lugar. Como buena motivadora, Melika no se va a dejar coartar por estas trabas en su camino.
“Ya he tenido que pasar por muchas cosas, y me he convertido en una persona muy fuerte. Cree en ti, nunca dudes y nunca dejes que nadie te diga lo que puedes o no puedes conseguir por ti mismo. Eso es lo que a mí me funciona“.
Y tanto que le funciona. Como le siga funcionando, la veremos en la mesa final del domingo. Y quién sabe, igual no es la única fémina de la FT.
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