Como dice el dicho: “En todas partes se cuecen habas”. Es que esa es la frase más apropiada para hablar del vacío legal -o a veces nuboso- de los cash games fuera de los casinos, porque aún las partidas fuera de las casas de apuestas son un tema legal complicado y en muchos países de nuestro continente, incluso, algo completamente ilegal.
Pues bien, el caso que nos convoca en esta nota se produjo en Noruega, que desde el 2015 ha permitido la existencia de clubes de poker regulados con capacidad de organizar partidas privadas de Texas Hold’em. Eso sí, con ciertos límites: la actividad no debe justificarse con fines comerciales y deber haber apuestas bajas.
Pero desde entonces algo se salió de control y en las últimas horas 100 agentes de policía irrumpieron en 5 clubes de poker en Oslo, cerrando las instalaciones y dteniendo a los organizadores, de acuerdo a la información del periódico local Aftenposten.
El portavoz de la policía Philip Matthew Green confirmó: “Los clubes estuvieron bajo vigilancia durante mucho tiempo aunque la Ley de lotería permite “veladas dedicadas al juego en propiedad privada. El organizador no puede gestionar la actividad recreativa como un negocio, pero en esos clubes la cantidad de dinero que circulaba excedía el límite de tolerancia”.
El caso ha sido muy bullado en Noruega por la mano dura impuesta y la repercusión mediática que causó ya que con ella el poker se ha vuelto a teñir de negro en el país más feliz del mundo.
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