La caza comenzó hace 2 semanas y se basa en una sentencia judicial que establece que los beneficios de los jugadores profesionales de poker en vivo son objeto de tributación.
En las últimas dos semanas, diversos jugadores franceses de poker en vivo han sido objeto de inspecciones fiscales.
El origen de dicha “caza de brujas” reside en una sentencia de la Corte de Apelación Administrativa de París, que ha reconocido que el poker es un juego de habilidad y que los beneficios conseguidos en vivo por los jugadores profesionales deben ser objeto de tributación como los de cualquier otro trabajador.
El fundamento legal que ha justicado la oleada de inspecciones tiene relación que la causa del llamado “Mounsier B”. El Sr. B es un jugador de poker, que solía jugar regularmente en el Aviation Club de France. Durante los años 2009 y 2010 consiguió algunas ganancias. Y ese último año, firmó un contrato de patrocinio de 2 años con Barriere Poker. En dicho período, el jugador recibió el reembolso de los buy-ins pagados en los torneos, así como una cantidad extra por los gastos, que declaró como beneficios no comerciales.
El Sr. B fue objeto de una inspección fiscal y fue sancionado por no declarar los beneficios conseguidos en las mesas en 2009 y 2010.
El regular apeló contra la decisión ante el Tribunal Administrativo de París, que en 2015 ratificó la sanción. Por ello, el jugador volvió a recurrir, esta vez ante la Corte de Apelación Administrativa de París. Allí, argumentó que el poker es un juego de azar, cuyos beneficios no están sujetos a impuestos; y pidió que no le sometiesen a la doble imposición. Además, declaró que las cantidades consideradas como beneficios no eran correctas, ya que en 2009 y 2010 jugó bancado en parte por otros jugadores profesionales, a quienes entregó parte de las ganancias.
La Corte de Apelación falló en su contra. El juez dictaminó que las ganancias del poker están sujetas al pago de impuestos, aunque no sean clasificadas como beneficios empresariales. La sentencia afirma que “en el poker, pese a la aleatoriedad del reparto de las cartas, un jugador puede conseguir reducir de modo significativo el efecto del azar gracias a su experiencia y su habilidad. Además, puede aumentar la probabilidad de conseguir beneficios constantes. Por consiguiente, cuando una persona juega regularmente al poker, con la intención de obtener beneficios, tal dedicación debe ser considerada como el resultado de una actividad profesional y sus ganancias deben ser objeto de tributación”.
El tribunal no reconoció la doble imposición, ni tampoco quiso aplicar la jurisprudencia previa sobre fiscalidad de los premios en juegos de azar. Al contrario, reconoció que el poker es un juego de habilidad y que sus profesionales deben declarar sus beneficios como parte de su actividad profesional.
Y de esta curiosa manera, tras el reconocimiento legal del poker como juego de habilidad, empezó esta última caza fiscal de jugadores de poker en vivo en Francia, que está causando mucha inquietud en la comunidad de dicho país.
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