Todo comenzó una semana antes, porque aproveché la excusa del LAPT para darme unas vacaciones. A Punta del Este llegué con dos días de anticipación. Arribar a última hora a un torneo de poker puede causar cierto nivel de stress y opté por no correr riesgos.
Partí en mi auto rumbo a Mendoza y se me ocurrió vacunarme contra la fiebre amarilla, ya que después del LAPT quería seguir mi aventura por Brasil y luego regresar vía Paraguay. Fue una idea “genial”.
Después de Mendoza tomé rumbo a Rosario para conocer el Casino City Center. Un monstruo, el más grande de Sudamérica. 3 ó 4 pisos de tragamonedas, restaurantes, hotel 5 estrellas, tiendas, etc.
Al día siguiente cruzamos el rio Paraná (60 km de ancho). Luego llegamos a Entre Ríos y de ahí pasamos el rio Uruguay hasta llegar a la zona norte del país charrúa. 32º de temperatura a medianoche.
Como dije antes, llegué con dos días de anticipación, tiempo suficiente para relajarme y jugar enfocado. Asisto a la inauguración, que fue en el pub restaurant La Guapa, un lugar muy in en la Costa de Yates de Punta del Este. Lo que más sobraba era glamour, el tránsito desviado, grandes luces, hermosas modelos, ESPN, FOX SPORT y lleno de jugadores de todo el mundo. Entrevistas iban y venían; barra libre y un exquisito coctel.
Yo, a esa altura, ya andaba decaído por el efecto de la vacuna. Tenía todos los síntomas de una gripe, así que debí tomar ibuprofeno y antigripal. No me recuperé y llegué al primer día del torneo con los últimos síntomas y algo aturdido por las pastillas.
El torneo comenzó nuevamente con un tremendo despliegue de parafernalia: dos sectores para reporteros más varios escenarios donde unas hermosas periodistas de varios países iban entrevistando a los jugadores.
Sentirse partícipe de este montaje fue todo un lujo. Mis felicitaciones por ello a PokerStars. Todo muy bien logrado.
Me siento en mi mesa con un stack de 20.000 fichas, bastante atontado por los remedios. Tardaba en comprender las jugadas y me sentía realmente mal. En mi mesa todos tenían cara de campeones y jugaban igual. Incluso había una chica Pro de Brasil que a cada rato entrevistaban.
Después de varias entradas, raise, re raise y re re raise, mi stack de fichas estaba en 12.000. Era muy difícil jugar, pues en cada movida había mucha presión de parte de los oponentes. De vuelta de un descanso viene una jugada clave: estoy en cuarta posición con 6-6 y hago call de 400. La brasileña sube a 1.000, otro jugador paga y yo también. Flop A-6-9, yo check, ella sube a 1.500, el otro foldea y yo pago. Turn 9 y yo check , ella 1.500, pago. River 10, mando 1.500 y ella sube a 4.700 y yo (todavía aturdido por los remedios) sólo le pago. Ella muestra escalera y por unos segundos pienso que había perdido. Así de aturdido estaba. Bueno, de ahí en adelante me tomé varias tazas de café y comencé a recuperarme. Mi stack experimentí la primera subida y tenía como 23.000. Eso me animó mucho. Solté la mano y comencé a entrar en varias jugadas, terminando el primer día con 38.000 fichas. Feliz por mi pase y a descansar para recuperarme.
Segundo dia: la brasileña ya no está, al igual que otros 200 jugadores y quedábamos sólo 6 chilenos en competencia. Ya estaba totalmente recuperado y jugando muy cómodo. Cuando quedábamos como 100, Aurel Bogdan y Amos Ben se van eliminados, mientras mi stack subía y bajaba. Lo bueno es que me sentía muy cómodo jugando.
Pero me cambian de mesa y comienzan a llegar otros jugadores llenos de fichas. La verdad no se podía jugar sin manota premium. Todo lo resubían por el poder de sus fichas. A mi derecha llegó un argentino que no paró de hablar (incluso con el público) y tenía como 250.000 fichas. Mi stack se había reducido a 28.000 y me sale par de 10. Un noruego habia triplicado la ciega y mando all in. Me paga con J-J y bajo la cortina. Tarea imposible. En el flop cochina, cochina y ¡10! Después nada y subo a 63.000 mi stack. Al noruego le quedaron un par de fichas y se las quité a la mano siguiente.
Después de un rato entro contra un salteño que jugaba muy bien. El sube y yo pago. Flop Q-J-4, yo check y él sube a 8.000. La pienso y pago (yo tenía AT) y veo el paraíso cuando cae la K. Chequeo y me manda all in. Pago escala y contra sus Q-Q en mano (trío). Tiran el river y nada. Doblo mi stack, me siento súper y empiezo a ganar fichas. Quedé en algo así como 180.000.
Seguíamos 58 jugadores con vida de los 354 que habíamos comenzado. Me cambian de mesa a una que tenía como 3 chip líder, todos reforrados en fichas. Las ciegas ya estaban 5.000 para 10.000 más un ante de 1000.
Me salen unas cartas buenas y subo. Me pagan, cae el flop y mandan un montón de fichas. Así fueron tres intentos fallidos: buenas cartas, malos flop y mi stack bajó a 100.000. Creo que me apuré un poco en jugar sin observar primero el ritmo de la mesa.
De ahí en adelante no pude arriesgar más. Tenía que esperar la burbuja, se pagaba a los 48 primeros y me fui desangrando poco a poco para cobrar. Lo logré, pero quedé muy debilitado en fichas. Las ciegas altas me estaban devorando y pagué un all in a Carracedo con A-3. El tenía 9-J off (también estaba short). La idea era que uno de los dos se armara un poco. Fin del cuento: cayó un 9 y se acabó la aventura. Quedé en el puesto 43 y cobre USD 5.250
Aprendí bastante, lo pasé muy bien y disfruté mucho del torneo. Pude jugar de igual a igual con oponentes de gran talla.
Por último, debo destacar la camaradería entre los jugadores chilenos y el apoyo que recibí de Osvaldo Colombo, Mauricio Zeman, Claudio Lopez y Aurel Bogdan durante el torneo.
Hasta pronto
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