Para lograr un buen resultado en un torneo, sabemos que hay un porcentaje importante del factor suerte, pero más que tener buena suerte, muchas veces dependeremos de la mala suerte. Si dominas y evitas esta última variable, tus posibilidades de triunfar aumentarán.
Por ejemplo, si en instacias finales nos dan K-K, vamos o nos mandan all in y nuestro contendor tiene A-A es mala suerte.
Al revés, si nosotros tenemos A-A y nuestro contendor con Q-Q va all in tenemos buena suerte. Pero si le sale la Q en algunas de las comunitarias es pésima suerte. Ante situaciones como ésta y muchas mas, la fortuna está echada desde antes.
Puedes haber tenido un excelente torneo, pero si en las últimas jugadas te aparecen cartas ganadoras dificilmente las vas a foldear, por lo que tu suerte ya estaba echada de antemano. Son los caprichos del poker y frente a eso es poco lo que podemos hacer.
Si algún día te ocurre lo mejor que puedes hacer es pararte dignamente y esperar el próximo torneo.
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