No empezó bien este año para nuestro entrevistado. A principios de enero estuvo en Australia. Fue a jugar el exclusivo Aussie Million, pero la experiencia no fue grata: “En cuanto al poker estuvo bien, pero el resto fue un desastre. En el aeropuerto me tuvieron como tres horas. Me revisaron las maletas y me hicieron perder la conexión. 42 grados de calor. Todo mal”, explica de entrada.
Tras volver a Chile jugó algunos Raides en el casino Enjoy de Viña del Mar. Logró dos mesas finales. “Pero tengo tantas que no vale la pena contarlas”, se ríe. Y llegó el Dreams de Valdivia. “Tenía buenas expectativas. En el torneo anterior me fue bien, llegué como chip líder a la mesa final y por un par de bad bet salí séptimo”, explica.
¿Por qué te sientes tan cómodo en Valdivia?
En realidad me siento cómodo en los torneos Dreams. Me gusta el ambiente. No es cómo en los otros casinos del sur, donde estás rodeado de guardias y te sientes como jugando en la cárcel. Lo otro es que me agrada mucho la estructura de ciegas.
¿Hubo momentos complicados durante el torneo?
Siempre estuve sobre el promedio de fichas, pero hubo una instancia donde me cambiaron de mesa que me complicó un poco. Estaba Mantilaro dominando todas las manos, raiseando tres a cuatro veces por vuelta, y fue un ejercicio a la paciencia no cometer ningún error. Nunca tuve buena posición ni cartas y era complicado jugarle de vuelta. Luego lo cambiaron de mesa y comencé a hacer lo mismo que él y pude imponer mi juego. Estaban todos jugando muy tight y pude hacerme con muchas fichas.
¿Alguna mano importante que recuerdes?
Hubo un momento en que bajé mucho mi stack por un par de malas jugadas y la última mano antes del descanso me toca en la BB. Sube un jugador en posición UTG y paga una señora que era muy tight. Veo mis cartas y levanto A-A. Tiro all in, se bota el UTG y paga la señora con J-J. Me doblé y pude volver a estar muy por encima del promedio.
¿Y qué tal el segundo día?
Al principio fue todo muy rápido, pero cuando quedamos veinte jugadores no se eliminaba nadie. Cada all in jugado lo ganaban los short stack, hasta que las ciegas se hicieron imposibles. Fueron muchas horas y nos quedamos en catorce jugadores. ¡Nadie se iba!
Luego viene el shopeo, ¿por qué aceptaste, siendo que el año pasado en Pucón ocurrió algo parecido y tú aborreciste la medida?
De partida no shopeamos todo el pozo como pasó en Pucón. Además, el pozo de Valdivia era muchos más grande que el otro y shopeamos sólo la mitad. Otro factor importante fue que la propuesta vino de un amigo (Ben Amos) y, por último, lo analicé estratégicamente y creo que a mí me convenía, por el tema de las ciegas altas que mencioné anteriormente.
¿Y te sentías seguro en la mesa final?
Fíjate que hablé con un colega tuyo en la mesa final y le dije que no me sentía cómodo. Cualquier subida que mandara me dejaba commited ante una eventual resubida y eso no me agrada.
¿Y cuál fue tu estrategia?
Jugué muy tight, pero me bad betearon un Q-Q, luego tuve que pagar obligado un all in desde la BB y de ser chip líder en la mesa final quedé como short stack.
¿Y tú bad beteaste a alguien?
En la mesa final no recuerdo, pero cuando quedábamos 20 jugadores pagué commited un all in desde la BB con 5-5. El otro tenía A-10 y pinchó dos pares en el flop, pero me salió un 5 en el river. Más encima, alguien había dicho que tenía un 5. Sí, creo que eso podríamos tomarlo como un bad bet (risas).
¿Y cuál fue tu reacción cuando ganaste?
Lo grité y dije “Por fin ganaron los buenos” (risas).
Y luego más en frío, ¿cuáles fueron las conclusiones?
Un torneo ganado más. Independiente de que juegues bien, para ganar un torneo necesitas una cuota de suerte y esta vez me tocó a mí. Pude ganar los flips que tenía que ganar y mis estrategias fueron las adecuadas. Además, en el HU final me di cuenta de que mi rival no se manejaba mucho en el mano a mano y me aproveché de eso.
Pasemos al LAPT, ¿por qué perdiste tan temprano en el segundo día?
Al principio iba bien encaminado, pero cometí algunos errores terminando el primer día y perdí muchas fichas. Estaba muy tilt, sobre todo porque nunca había podido pasar el primer día en un LAPT. Entonces me calmé y jugué muy pocas manos. Luego, cuando llegó el segundo día, me dediqué a disfrutar… y bueno, me echaron en la segunda mano (risas).
¿Conclusiones?
Estoy seguro que algún día me irá bien en este circuito y que lograré mesa final y todo eso. Siento que no he estado fiel a mi estilo de juego, quizás sean los nervios, no sé. He estado en Las Vegas y me he sentido bien, pero acá, especialmente en Punta del Este, no me siento cómodo con los brasileros. Son muy locos, mucho all in, de hecho una vez salí eliminado en la primera mano con A-A. El otro me metió toda la caja con 9-9 y ligó set. Hay muchos brasileros buenos, algunos son mis amigos, pero en promedio, son unos gamblers.
Y a la larga siempre habrá uno que te puede mear…
Sí, obvio… ¡es que son muchos! (risas).
¿Cuáles son las metas para el 2010?
Estoy con ganas de jugar la liga de Dreams, que a la larga tiene menos torneos que Enjoy y es el mismo premio final (una entrada para el Main Event de la WSOP). Fuera de eso competir en todos los LAPT que quedan (Chile, Perú y Argentina). Y en mayo ir al Asia Pacific Poker Tour en Macao, que me encanta.
¿Y Enjoy no va más?
Soy de Viña, y todos los miércoles que esté en casa iré a jugar los Raiders. Pero eso sí, si me topan con otro torneos privilegiaré los otros. Y si no cambian la estructura de ciegas de los Pro, tampoco los jugaré.
O sea que no volverás a Pucón…
Mira, justo antes de ir a Valdivia fui a Pucón y me autoimpuse no reclamar. Ni siquiera hablar… pero vi tantas cosas. No ha cambiado nada y quedé igual de apestado que la última vez. Si alguien de afuera habla por teléfono queda la escoba, pero si lo hace un local puede hacerlo tranquilo. No es lo mismo que en los del norte, donde sí da gusto jugar. En Pucón incluso te dicen “es que acá estamos en el sur”. Nos tratan como si fuéramos de otro país.
¿Algo para terminar?
Sí. Saludos a toda la comunidad de DIME/Poker.
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