Iván Lucá llevaba un gran torneo, era uno de los faros de este 100k Super High Roller del PCA en Bahamas, pero una jugada fatal lo sacó antes de lo que se esperaba, o al menos de lo que las fichas y el juego mandaba. El argentino, finalmente, terminó 5º con un cobro de US$402.000. El juego tenía pronóstico de finalizar a la madrugada; casi 1,5 millón de dólares esperaban al campeón.
Mano a mano estaban Iván y Bryn Kenney, peleando por el chip lead, ambos rondando los 3 millones de puntos, muy bien posicionados respecto de sus tres rivales: Justin Bonomo, Daniel Negreanu y el interminable Cary Katz , el permanente short stack desde el domingo, pero que, estoico y paciente, supo mantener su lugar en esta mesa colmada de cracks.
Quizá esa cuota de paciencia le faltó a Iván en el momento de la discutible decisión para ir con todo contra Kenney, el mejor jugador americano del 2017 según el ranking GPI y segundo del mundo. Negriin levantó A J y aumentó a 175.000 desde el botón; Kenney, con A K en la ciega chica 3-beteó a 635.000, para devolverle la decisión al bonaerense.
Lucá usó su ficha de tiempo para alargar la espera por 30 segundos más en el action clock y decidió mandar su resto de 3,1m, lo cual fue recibido con una sonrisa y cuchillo afilado por Kenney, que instacalleó. El flop 9 7 3 mantuvo al estadounidense al frente; el A replicó una de las cartas de cada uno y el 7 sentenció la suerte del argentino, que se paró, saludó a cada uno de sus rivales y se marchó.
Ya se habían retirado Sam Greenwood (US$248.720) e Isaac Haxton (US$307.940). Luego del argentino se fue Daniel Negreanu (US$521.140). Kenney, Bonomo y Katz, en ese orden, iban por el título de este evento que juntó 48 entradas (36 inscriptos) y pozo de US$4.737.600.
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