La Poker Players Alliance (PPA) y la American Gaming Association (AGA) han expresado su satisfacción ante la nueva interpretación de la Wire Act, que realizó el Departamento de Justicia (DOJ) estadounidense la pasada semana.
Esta nueva reformulación supone un paso gigante en las expectativas para obtener una regulación interestatal, que permita a los jugadores de todo EEUU enfrentarse entre ellos.
La AGA entregó un comunicado donde explica que “la interpretación del DOJ confirma la necesidad urgente de una legislación federal para frenar lo que será una proliferación de salas sin licencia, que no cumplan con los estándares de regulación como la protección contra el fraude, el blanqueo de dinero y el juego a menores”.
Otro que se pronunció fue Alfonse D’Amato, el presidente de la PPA. “Un marco regulatorio estatal en el que los jugadores verían limitado su juego, en el sentido de dónde y contra quién jugar, podría reducir el número de jugadores y los ingresos que los legisladores estipulan”.
D’Amato continuó explicando que, en caso que se regule estado por estado, se pondrían barreras para que los operadores potenciales se animen a entrar. “Sería disuadir a los empresarios, ya que en esencia, las salas tendrían que cumplir 50 leyes diferentes”.
Según fuentes cercanas, un representante de Fertitta aseguró a medios de comunicación que “ahora es posible que los estados puedan reunirse para intentar alcanzar un acuerdo para ofrecer apuestas. Obviamente requerirá algunas negociaciones entre los estados en cuanto al tema de impuestos”.
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