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Poker anécdotas

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La mano de la muerte (A-8)

Desde Nueva Orleans por toda la cuenca del Mississippi, en el lejano Oeste el poker se fue desarrollando y convirtiendo en el juego de cartas más popular. James Butler Hickok, más conocido como Wild Bill Hickok, era uno de los vaqueros más reconocidos, pero también era uno de los mejores vaqueros que practicaba el poker.

El 2 de agosto de 1876 Mr. Hickok, mientras jugaba contra uno de sus amigos, un hombre llamado Jack McCall, alias Nariz Rota, se deslizó por detrás y le mandó un tiro en la nuca con un Colt del 45. Wild Bill Hickok murió con dobles parejas en las manos, de ases y ochos como ya hemos dicho, y por eso se denomina “la mano del muerto”.

Truman poker

Durante gran parte de la historia de EE.UU. muchos mandatarios y políticos importantes practicaban y jugaban poker, sin embargo, el presidente Truman fue uno de los que más pasión demostró por este juego.

Antes del fin de la Segunda Guerra Mundial Harry S. Truman se tomó unos días de descanso a bordo del navío USS Augusta. En ese viaje pasó la mayor parte del tiempo jugando al póker con los periodistas que cubrían la información de la Casa Blanca, invitados también a las jornadas de juego. Solían empezar a jugar a eso de las 8:30 de la mañana y seguir ininterrumpidamente hasta la medianoche.

En uno de los recesos, el secretario de Estado, James Byrnes, les dijo a los demás que por qué no dejaban tranquilo al mandatario en lugar de incentivarlo para seguir que siguiera jugando al poker. “¿Dejarlo en paz?”, replicó uno de ellos, “es él el que no nos deja a nosotros”.

En una de las largas jornadas de poker fue cuando Truman reveló públicamente los primeros detalles de la existencia de una “bomba atómica” y explicó a los reporteros cómo se había gestado el proyecto, su desarrollo y la intención de arrojar el artefacto sobre Hiroshima.

El reto de Amarillo Slim

Amarillo Slim es bien conocido tanto por ser uno de los históricos del póker como por uno de los más grandes jugadores del siglo XX. Podía apostar sobre cualquier cosa. En cierta ocasión lo hizo con Bobby Riggs, campeón de Wimbledon. Este jugador era famoso por aceptar apuestas de lo más curiosas en la cancha de tenis, como jugar con dos caniches atados a las piernas o jugar con un paraguas abierto en la otra mano.

Amarillo decía que podía vencerlo en una mesa de ping-pong si le dejaban elegir las paletas. Luego de practicar durante varios meses, llegó el día del enfrentamiento y finalmente derrotó a Riggs. Los jugadores tuvieron que enfrentarse con dos sartenes que Amarillo Slim eligió. Bobby tuvo que pagarle 10.000 dólares al ser vencido por 21-9.

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